Ayer se han conocido las dos sentencias que anulan la venta de acciones, como hace un año vaticinamos.
El 21 de febrero de 2015 publicamos en esta página un post titulado “Bankia: una historia en black” donde decíamos: “la justicia no sólo consiste en la mera aplicación del Derecho, sino en interpretar la normas de acuerdo con las exigencias de la moral y la buena fe. Justo precisamente lo que les ha faltado a quienes sacaron a la bolsa Bankia con engaños y falsos folletos.
El Supremo argumenta ahora que el folleto contenía fallos que provocaron que los inversores se hicieran "una representación equivocada de la solvencia de la entidad y, consecuentemente, de la posible rentabilidad de su inversión, y se encuentran con que realmente han adquirido valores de una entidad al borde de la insolvencia, con unas pérdidas multimillonarias no confesadas”.
Por eso, considera que la decisión de los pequeños ahorradores "es un error excusable en la suscripción de las acciones, que vició su consentimiento". La Sala también destaca que el folleto "fue supervisado por un organismo público, generando confianza y seguridad jurídica en el pequeño inversor".
Más claro agua. Mientras tanto el banco ha hecho de su negación de la realidad su táctica procesal, oponiéndose a las demandas de los inversores, quienes han ganado en los 97% de los casos; ahora será el 100%, a expensas de lo que pase con los inversores institucionales, aunque eso será otra historia.
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