Cuando un paciente sufre un daño por un error sanitario se tiene la costumbre de decir que ha sufrido una negligencia médica. Y son muchos los abogados que se presentan como especialistas o expertos en negligencias médicas, lo cual es consecuencia directa de esa costumbre. Sin embargo, no nos gusta ese sintagma; ni por la palabra negligencia, ni por la de médica. Negligencia es la falta de cuidado y atención; y médica viene referida a esa profesión.
Realmente preferimos llamarle impericia o imprudencia sanitaria que sería la falta de conocimiento, habilidad o experiencia de un profesional de la sanidad, no sólo de los médicos. Porque quien sufre eso que llaman negligencia médica las más de las veces padece el efecto de una imprudencia en ámbito de la sanidad, que no es campo exclusivo del médico.
La diferencia es que la negligencia se reserva al error grosero, a la falta de la más elemental atención y cuidado; mientras que la impericia es la concreta falta de habilidad o experiencia. Con esto no quiero decir que no existan negligencias médicas, pero quedan reducidas a escasos supuestos si nos remitimos a la casuística judicial.
Lo que sí hay, en muchas ocasiones, son impericias sanitarias, errores que causan daños, unos llamados iatrogénicos, y otros que podemos llamar imprudentes. Todos pueden derivar en una responsabilidad sanitaria; los primeros por falta de consentimiento informado, y los segundos por la falta de pericia que implican. Atribuidos en unas ocasiones al médico, pero en otras al enfermero, al auxiliar e incluso al celador; pero a mayor responsabilidad mayor es la posibilidad de cometer un error.
Siempre habrá negligencias médicas, pero habrá más impericias sanitarias, errores muchas veces propiciados por un sistema sanitario público masificado que los propicia.
Se dice que la posibilidad de sufrir un daño por error sanitario es del 16% en los pacientes hospitalizados en la Unión Europea. Y que los errores médicos causan al año en Estados Unidos más muertes que los accidentes de tráfico, el cáncer de mama o el SIDA. Por eso no es extraño que en España se presenten cada año más de 100.000 demandas judiciales basadas en negligencias médicas o errores sanitarios.
Ahora bien, muchas se frustran por factores que van desde la falta de experiencia en la materia del abogado que la promueve o por la ausencia de pruebas periciales válidas.
En Eugenio Moure Abogados llevamos desde el año 1998 dedicándonos a la reclamación y defensa por negligencias médicas y errores sanitarios. Contamos con un equipo profesional al frente del cual está Eugenio Moure, uno de los abogados españoles más premiado y reconocido en Derecho sanitario. Colaboran con nosotros profesionales de la medicina legal y forense así como de otras especialidades médicas para dar cobertura pericial a nuestras actuaciones.
Nuestra forma de trabajar se resume en cinco principios:
Cuéntenos su caso y empezaremos por el primer principio.