Si Goya pintó "El sueño de la razón produce monstruos" en Valencia se ha inventado otro capricho monstruoso en materia sanitaria
Imagine que tiene que operarse de cataratas y antes de la operación acude a la cita con el anestesista y el oftalmólogo para que le expliquen la intervención.
Imagine que en lugar de entrar en una consulta médica le hacen pasar a un salón de actos, con numerosos pacientes en situación similar a la suya.
Imagine que desde el escenario un médico micrófono en mano le informa de las carácterísticas de la intervención, de los riesgos que entraña y se ofrece contestar a las dudas de la concurrencia.
Imagine que antes de abandonar el salón tiene que ponerse a la cola para recibir el documento de consentimiento informado y dejarlo firmado.
Pues bien, no es ciencia ficción lo que le cuento, sino la experiencia de un hospital público de Valencia, recientemente suspendida por el clamor de la propia profesión médica ante tamaño dislate.
Lo dicho al principio, la sinrazón a veces produce ese tipo de experiencias que reducen la relación médico-paciente a un "talk show" al que sólo le falta un regidor que diga cuando aplaudir.
Tu dirección de correo no será almacenada ni publicada.
No hay comentarios.