Sentencia que reconoce la incapacidad permanente absoluta por un trastorno de ansiedad generalizada a una enfermera a quien el INSS había reconocido la total.
Los contornos entre la incapacidad absoluta y la total, a pesar de la grandes diferencias entre las dos prestaciones que corresponden, no siempre están claros cuando media una patología psiquiátrica.
Sabemos que hay patologías de esa índole que tradicionalmente se vinculan a una incapacidad permanente absoluta, pero en otros casos hay que atender más a la afectación a la persona que al diagnóstico propiamente dicho.
En el caso de nuestra clienta, enfermera de profesión, el diagnóstico no daba pie directamente a una absoluta, y el INSS le reconoció la total, sin embargo, la intensidad del cuadro, incluso a cómo le afectaba en su vida personal, apuntaba a una absoluta.
En juicio conseguimos acreditar de acuerdo con el resultado de una serie de pruebas, validadas científicamente, hasta el punto de estaba más ante una depresión mayor severa crónica que ante un ansiedad generalizada.
El correcto diagnóstico permitió conseguir el reconocimiento judicial de la incapacidad permanente absoluta, con una prestación del 100% de su base reguladora, que consolidará de forma vitalicia al estar próxima su edad de jubilación.