Sentencia que condena al Sergas por no informar adecuadamente de los riesgos de la cirugía del juanete y demorar luego una intervención que procedía para corregir esos riesgos en forma de dolor, prescribiendo como remedio baños de agua con sal.
La sentencia comentada pone en evidencia dos de los principales defectos de la asistencia sanitaria pública: falta de información y retrasos asistenciales.
Nuestra clienta fue operada de un juanete. Se le informó por escrito, en esos prolijos documentos de consentimiento informado que cada vez se parecen más al prospecto de un medicamento, pero obviaron comentar que una corrección excesiva podía producir un dolor nuevo, en la planta del pie, al cambiar la pisada, secuela descrita como “síndrome del segundo espacio”.
Primer error.
Pero luego, diagnosticado ese síndrome, se quiso tratar con baños hidrosalinos, sin explicar a la paciente que eso, ya sin edema, no era eficaz, y que habría que volver a intervenir, dándole largas con una nueva cita a los 6 meses.
Segundo error.
Dolorida nuestra clienta acudió a la sanidad privada donde fue operada, teniendo que adelantar un dinero, que ahora con esta sentencia se le retorna.
Al final esta situación tiene dos perjudicados y un beneficiario: el paciente que sufre el daño y la sanidad pública que por su mala gestión tienen que costera tratamientos privados en la sanidad privada, beneficiaria entonces de ese transito de pacientes de una sanidad a otra.
Pero no lo olvidemos, antes el paciente tuvo que costear ese tratamiento, lo que no debiera pasar nunca. Es la salud de la personas y su economía no debería ser un impedimento (pero lo es, lamentablemente).