Sentencia que condena al SERGAS a indemnizar con 80.000 euros a la familia de un paciente fallecido tras una cadena de errores en una cirugía urológica en la se perforó el intestino, no se percataron y se produjo una infección que no se trató a tiempo.
Una lamentable cadena de errores, ese es el mejor resumen de este caso.
Paciente que es operado de un tumor con buen pronóstico. Durante la intervención por laparoscopia se lesiona el intestino, el cirujano no se percata y la fuga intestinal provoca una infección, luego mal tratada, que obliga a nuevas intervenciones que no evitan que el paciente fallezca.
Las hijas, testigos de ese sinvivir del paciente durante tres semanas hospitalizado, con nuestro asesoramiento presentaron una reclamación de responsabilidad patrimonial frente al SERGAS.
Era tan evidente la mala actuación que a fin de dar un consuelo indemnizatorio se les reconoció por el SERGAS una indemnización de 30.000 euros, pero aplicando mal la teoría de la pérdida de oportunidad.
Esta teoría pretende reducir las indemnizaciones en base a las probabilidades que el paciente tendría de fallecer igual con un tratamiento correcto. El problema es que esa teoría se aplicó mal, pues hay que reservarla a aquellos supuestos de identidad causal.
Y aquí el paciente no falleció por su patología de base, sino por esa cadena de errores.
A veces el error provoca una lamentable pérdida de oportunidad porque se llega tarde al tratamiento. Pero en otras ocasiones no es que llegue tarde sino que se hace mal, y ahí no caben descuentos indemnizatorios, sino la reparación total del daño.
La sentencia casi triplica la indemnización. No compensa la terrible pérdida, pero resarce económicamente tanto daño moral sufrido por esa sensación de que pudiera habarse evitado