Sentencia que condena al SERGAS por mala praxis en una hernioplastia que causó una infección y atrapamiento vascular con isquemia y posterior perdida testicular.
La sentencia de apelación corrige la instancia que sólo había apreciado un déficit en el consentimiento informado previo a la intervención.
Estimando nuestro recurso considera el Tribunal que de la prueba practicada, fundamentalmente la pericial, se concluye que hubo una mala praxis.
Dos datos se aportaban: la infección sin una previa profilaxis antibiótica y la mala colocación de la malla que produjo el atrapamiento vascular.
Como casi siempre en juicio dos peritos discreparon: uno (el nuestro) dio una explicación basada en la historia clínica, mientras que otro (el contrario) dio una explicación especulativa.
Entre una tesis pericial basada en datos objetivos, y otra basada en datos (una reacción idosincrática) no corroborados objetivamente, el Tribunal da más valor a la primera.
Eleva la indemnización de 5.000 euros a 20.000 euros, y pone coto –al menos en este caso- a ese afán pericial por buscar relatos alternativos con el fin de negar la relación causal.