Sentencia de un Juzgado de lo contencioso-administrativo que condena al Sergas y a su aseguradora a abonar a nuestra clienta 176.000 euros más intereses por las secuelas tras una cirugía de mano.
Hace años que bajo el diagnóstico de síndrome del dolor regional complejo, también llamado distrofia simpático refleja o Sudeck, se ha venido a justificar el mal resultado de determinadas cirugías articulares, fundamentalmente de mano.
Sucede que aunque a veces el daño descrito con ese nombre –un dolor intenso en la zona operada con pérdida de la movilidad- es un riesgo que puede ocurrir, incluso con la mejor técnica quirúrgica, en otras ocasiones viene propiciado por una mala praxis.
No obstante, como si de una patente de corso se tratase, los documentos de consentimiento informado suelen recoger ese riesgo a fin de adelantarse a los peores acontecimientos para así eludir ulteriores responsabilidades.
Pero aunque un documento diga que existe tal riesgo eso no conlleva la irresponsabilidad del facultativo, sobre todo cuando se demuestra que en el seguimiento post-operatorio no se hizo todo lo correcto.
Esto ocurrió en el presente caso al demostrarse en juicio que un vendaje demasiado comprensivo provocó lo que luego se diagnosticó como un síndrome del dolor regional complejo tipo II, el más grave al haber lesión nerviosa.
Ese error y la demora en la atención ha sido lo que viene a reconocer la sentencia, desestimando los argumentos exculpatorios que tanto el Sergas como su aseguradora ofrecieron para no indemnizar.
Nadie devolverá a nuestra clienta la movilidad de su mano, el dolor que padece y el trabajo que ya no puede realizar, pero esta sentencia no sólo supone una importante compensación económica, sino el reconocimiento de un error que se podía haberse evitado.