¿Por qué unas residencias tiene 0 contagios y otras tantos que hasta tienen que ser intervenidas?
La respuesta a la pregunta es sencilla: porque unas supieron prepararse para el COVID-19 y otras no.
Lo leía hace unos días en una noticia que paso a resumir.
El titular era el siguiente: Las residencias que vieron venir el virus y lo pararon en la puerta. Fue publicada en El País, el 4 de abril de 2020.
Contaba la experiencia de dos residencias con más de 100 residentes y 0 contagios. Elaboraron sus propios protocolos a finales de febrero al margen de las instrucciones oficiales (o más bien por la falta de ellas), hicieron acopio de mascarillas FFP2, procedieron a desinfectar todos los paquetes, pusieron hidrogeles en las puertas, felpudos de agua y lejía y la ropa de trabajo era desinfectada con ozono. La clave según el director de una de las residencias fue "ganarle unos días al virus".
Luego llegaron las medidas oficiales, como casi todas en esta crisis con cierto retraso: las Órdenes del Ministerio de Sanidad 265 y 275/2020, publicadas el 21 y el 24 de marzo, y el protocolo de la Xunta dado a conocer el 26.
La posibilidad de contagio era real, máxime tratándose las personas mayores de una población de riesgo, aunque el hecho de que estén a cuidado de personal sanitario debería ser una garantía de seguridad (salvo que ese personal carezca de los más elementales equipos de protección individual).
Pero cuando se produce la intervención de una residencia es que realmente la situación llega a semejante descontrol que demuestra que algo se ha hecho mal. "Res ipsa loquitur", que decía los juristas romanos: los hechos hablan por sí solos.
Si en una residencia -de las tres intervenidas de Galicia- con 151 residentes justo antes de la intervención había 105 contagiados, más de dos tercios, teniendo en cuenta el tiempo de incubación del virus, se infiere con toda lógica que estuvieron semanas sin adaptar las más elementales medidas de profilaxis.
Tiempo habrá para pedir explicaciones y, en su caso, responsabilidades. Mientras tanto los familiares de los residentes (máxime aquellos en situación de dependencia o discapacidad), deben saber que están en su derecho de recibir información de su clasificación de acuerdo con la Orden 265/2020.
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