El Tribunal Superior de Justicia de Asturias condena al SESPA y a su aseguradora a indemnizar con 35.000 euros por dejar alojado en la columna vertebral el fragmento de una pinza.
La sentencia estima en parte el recurso y condena a indemnizar porque al cirujano durante una intervención de espalda se le rompió una pinza, quedando un trozo alejado entre dos vértebras de la paciente
Y aunque se alegó por la aseguradora que ese riesgo era típico, es decir, que podía pasar, el Tribunal considera que el paciente no tiene porqué sufrir las consecuencias de la impericia del cirujano, al considerar que no fue un suceso fortuito.
Al fijar la indemnización tiene en cuenta el riesgo futuro de que ese fragmento se movilice, el cual es mínimo, porque tras el tiempo transcurrido se ha demostrado que no hubo complicaciones.
Pero nadie, tampoco nuestra cliente, tiene que soportar, aunque no le haya dado complicaciones, llevar en su espalda un material quirúrgico que nunca debió quedar ahí. Se indemniza así un daño real pero también un daño potencial.