Sentencia del Juzgado de Primera Instancia nº. 6 de Majadahonda que condena a indemnizar por los daños causados por este producto sanitario.
Proliferan en los últimos años tratamientos de medicina estética, consistentes en rellenos faciales con botox, ácido hialurónico, colágeno…
Aunque se presenten como productos seguros, no son productos inocuos, sino que tiene sus riesgos, que el médico tiene que informar.
Como el paciente/cliente no compra el producto en farmacia, sino directamente a quien se lo implanta, desconoce el prospecto.
El fabricante, en este caso Sinclair, se cuida de describir en él posibles riesgos de nódulos o granulomas, pero sin mayor precisión.
Y el médico, siguiendo la guía comercial del fabricante, lo implanta sin informar a la convencida clienta, inconsciente de los riesgos.
Luego ese riesgo acontece, incluso de forma más grave de la que el propio fabricante informa, precisando de una intervención quirúrgica posterior.
De ahí salió una condena al médico de medicina estética a indemnizar en 18.000 euros a nuestra clienta por no informar del riesgo.
Un aviso para navegantes en busca de la belleza prometida: léanse bien los prospectos (lo que incluye también a los médicos).
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