El letrado considera que la cuestión no está en si debe haber o no un baremo sanitario, puesto que es algo que está recogido en la Ley 35/2015 de tráfico, y afirma que es más acuciante poner orden el seguro de responsabilidad profesional sanitaria.
Eugenio Moure, socio director del despacho de abogados que lleva su nombre, con oficinas en Orense, Vigo, Santiago y León, considera que "hoy por hoy el posicionamiento a favor del baremo se reduce en una cuestión de fe, pues nos obligan a creer en aquello que no se ve. El día que se abra un debate sobre el baremo tendrá que ser con luz y taquígrafos, pues del baremo se habla mucho, sobre todo en determinados sectores y como si fuera un mantra, pero se debate muy poco porque nadie ha presentado ese baremo a exposición pública".
Moure no cree que con esas nuevas tablas específicas para el ámbito sanitario se vaya a reducir la litigiosidad, como ya han apuntado algunos abogados, pues afirma "que la discusión de los pleitos de mala praxis está más en la culpa y en la relación de causalidad que en el daño".
Además, señala "que los principales elementos de indemnización escapan al reduccionismo de un baremo: el daño moral por la lesión de la autodeterminación personal cuando falta el consentimiento informado y la traducción de la perdida de oportunidad al montante indemnizatorio".
"Los principales elementos de indemnización escapan al reduccionismo de un baremo"
Y, por último, razona "que en la responsabilidad médica conviven tres subsistemas muy distintos: la responsabilidad contractual por dolo o culpa grave (artículo 1.107 del Código Civil), la responsabilidad extracontractual por culpa (art. 1.902) y la responsabilidad objetiva de la Ley de Defensa de los Consumidores y Usuarios, que además tiene un límite cuantitativo de cobertura".
Considera que el baremo sanitario "tendría que ir incluido en un texto legal (no en un Real Decreto) que además sirva para regular el seguro obligatorio de los profesionales sanitarios".
Sobre esa cuestión, el abogado insiste en que "desde el año 2003 se les obliga a estos profesionales a tener un seguro, sin que se determine cuál ha de ser su cobertura. De modo que te encuentras a médicos con pólizas de 150.000 euros y a otros con pólizas de 1 millón de euros. Los dos cumplen el mandato legal de estar asegurados, pero uno paga una prima anual de 300 euros y el otro la cuadriplica".
De modo que, en su opinión, "esa desregulación del seguro de responsabilidad profesional sanitaria es una carencia más acuciante que un baremo de daño sanitarios".
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