Breve resumen de la conferencia impartida en León por el Prof. Gracia el día 5 de junio.
Asistí como invitado a la conferencia sobre el “Final de la vida, eutanasia y cuidados paliativos”, organizada por Afele y que tuvo lugar el pasado 5 de junio en el salón de actos del ayuntamiento de León, siendo ponente quien es considerado uno de los padres de la bioética en España, insigne catedrático de filosofía y discípulo aventajado de Laín Entralgo.
Fue un lujo escucharle en el tono didáctico que le caracteriza con el que cumplía los tres objetivos de todo buen comunicador que se precie: enseñar, deleitar y conmover. Y a buena fe que lo consiguió si nos atenemos al entusiasta aplauso que recibió al término de los 50 minutos de clase magistral.
El Prof. Gracia desglosó cómo se deben abordar los conflictos que se produce en el final de la vida: empezando por los hechos, siguiendo por los valores y finalmente adoptando las decisiones. En los hechos es importante distinguir el final de la vida en la medicina crítica (pacientes agudos) de la medicina paliativa (paciente crónicos).
Pero en ambos casos los criterios que todo buen profesional debe tener presente son tres: control de los síntomas, comunicación abierta con el paciente y apoyo emocional. Esto es lo ideal, cuestión distinta es si las estructuras hospitalarias masificadas permiten cumplir siempre con esos criterios.
Luego hay que identificar cuáles son los valores en conflicto, pues al final la decisión se toma otorgando a alguno de ellos un valor añadido sobre los demás: dignidad, vida, integridad, libertad, intimidad… Escoger el valor que prevalece en cada caso es el reto del médico, pero también del jurista.
Y finalmente queda por tomar las decisiones, que no es más –ni menos- que meter los valores en los hechos, para terminar deliberando sobre ese conflicto de valores. Pero sucede que al final la decisión depende también de los criterios que se quieran utilizar: “pro life” (a favor de la vida) o “pro choice” (a favor de la decisión del paciente).
Sea uno u otro –y el ordenamiento jurídico en este caso es muy ambiguo- lo cierto es que cada vez se tiende más al segundo, por ejemplo, a través de la figura de las instrucciones previas, al objeto de que el paciente pueda decidir sobre las medidas a tomar al final de su vida, pero evitando siempre, como premisa, el encarnizamiento terapéutico.
El único reparo a la conferencia del Prof. Gracia es que uno espera respuestas concretas y no sólo criterios de decisión. Quizás porque lo fácil sea que los demás piensen por uno y lo difícil es pensar por uno mismo. Para eso sirve la filosofía y por eso quieren quitarla de los planes de estudio. Para crear ciudadanos acríticos. Pero eso es otra historia.
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