El Tribunal de la UE falla en contra del sistema financiero español, que debe retornar al menos 3.000 millones abonados por los hipotecados antes de 2013
Formidable varapalo judicial a la banca. Las entidades financieras españolas deberán devolver íntegramente el dinero cobrado por la aplicación de las cláusulas suelo en las hipotecas, que impiden que los clientes se beneficien de las rebajas de los tipos de interés. El Tribunal de Justicia de la UE ha dictaminado hoy a favor de establecer una retroactividad total en la devolución de las cláusulas suelo. La factura para el sector financiero es tremenda, entre 3.000 y 5.000 millones de euros adicionales, y ha provocado un batacazo en Bolsa de los bancos más afectados. Apenas minutos después de la sentencia, las entidades sufrían ya fuertes caídas, de más del 6% en el caso del Banco Popular y el Sabadell.
La banca llevaba meses en vilo, para saber si tenía que devolver el dinero de las cláusulas suelo desde 2013 (cuando una sentencia de Supremo las declaró ilegales) o desde más atrás: con efectos retroactivos desde 2009. La diferencia es enorme: los citados 3.000 o 5.000 millones, según diferentes cálculos de especialistas. Solo para las entidades cotizadas, devolver el dinero que estaba en juego les supone una factura de más de 2.000 millones de euros, según los cálculos de EL PAÍS.
El abogado general de la UE dio un soplo de aire al sector al apuntar, en julio, que las devoluciones de las cláusulas suelo tendrían límites temporales, después de que juzgados de Granada y Alicante preguntaran al TJUE si debe haber retroactividad total en las devoluciones. Pero el Tribunal (puedes leer aquí la sentencia completa) le quita la razón en lo que supone un revés formidable para el sector financiero español. "La declaración del carácter abusivo de una cláusula debe tener como consecuencia el restablecimiento de la situación en la que se encontraría el consumidor de no haber existido dicha cláusula", dice la sentencia. Traducción bíblica: hay que devolverlo todo. Hasta ahora esa devolución se hacía solo hasta mayo de 2013. "De tal limitación de tiempo resulta una protección de los consumidores incompleta e insuficiente que no constituye un medio adecuado y eficaz para que cese el uso de las cláusulas abusivas, en contra de lo que exige la Directiva", argumenta el tribunal.
El caso viene de lejos: el Supremo consideró abusivas las cláusulas suelo hace tres años y medio. El alto tribunal dictaminó que los consumidores no habían sido bien informados de las cargas económicas que suponen esas cláusulas, que impiden que la carga de intereses de los préstamos siga bajando a partir de un determinado umbral.
El Supremo fijó la nulidad de esas cláusulas el 9 de mayo de 2013 —y no en 2009, cuando las entidades empezaron a aplicarlas—, para proteger a la banca del impacto de las devoluciones cuando apenas pasaban unos meses del rescate financiero europeo y con el sector en medio de un mar de dudas. Esas dudas se han disipado. Pero siguen detectándose problemas puntuales: BBVA, La Caixa y Popular, junto con el Sabadell, eran los más expuestos a la sentencia, con todas las miradas centradas en el Popular después de los cambios en la cúpula y los líos de los últimos meses. Las Bolsas han reaccionado en consecuencia, aunque gran parte de ese dinero está provisionado.
El abogado general de la UE avaló en julio la protección del Supremo a la banca por "las repercusiones macroeconómicas asociadas", por "circunstancias excepcionales": la posibilidad de alterar una vez más la estabilidad del sistema financiero. Ese respiro de julio fue solo momentáneo: la banca esperaba y temía la decisión definitiva de hoy. La Comisión Europea no comparte la tesis del abogado general: defendió la retroactividad total durante el juicio para proteger a los consumidores. Proteger a los bancos o proteger a los clientes: esa es la cuestión.