Durante diez días al mes controlan todos los casos que pueda haber en la comunidad
Desde el 1 de julio cualquier gallego que sufre un ictus puede ser atendido por un neurólogo, se encuentre donde se encuentre. Para ello, los hospitales de Vigo, A Coruña y Santiago tienen un sistema de trabajo que hace que un especialista esté siempre activo para atender por videoconferencia cualquier caso que pueda surgir en cualquier hospital de Galicia.Cada uno de los tres grandes hospitales tiene diez días de guardia, de modo que en los últimos cuatro meses los neurólogos del Hospital Álvaro Cunqueiro han estado en alerta 40 días para tratar ictus de otros lugares de Galicia. En este tiempo, desde Vigo se ha atendido por videoconferencia a 18 pacientes con un ictus, según explica el especialista José Luis Maciñeiras, uno de los coordinadores de la unidad de ictus del nuevo hospital. En octubre fueron seis enfermos y en cada uno del resto de los meses, cuatro.Hasta las tres de la tarde hay especialistas en las enfermedades cerebrales en los hospitales, pero a partir de esa hora las guardias de neurología son una rareza en Galicia. Si llega un paciente con un infarto cerebral a urgencias, a través de una cámara de vídeo un neurólogo de Vigo, Santiago o A Coruña lo explora y puede solicitar pruebas complementarias, como un tac. Si el paciente es candidato, incluso puede prescribir que se le administre el tratamiento trombolítico o fibrinolisis, un delicado medicamento que disuelve el trombo que tapona una arteria del cerebro. Esto depende fundamentalmente del tiempo: antes de cuatro horas y media se puede administrar; después ya no. Los casos del plan gallego de atención al ictus pueden llegar desde cualquier hospital de la comunidad que llame por teléfono al de referencia.Hasta que se abrió el Hospital Álvaro Cunqueiro no existía en los hospitales públicos de Vigo una unidad de ictus. Ese nuevo dispositivo cumplió un año el lunes. Está dotado de seis camas. «Hemos tratado a 537 personas en este año», explica Maciñeiras. Cada una permanece una media de dos días en la unidad y después, habitualmente, se va a una cama en la planta de neurología.La creación de la unidad de ictus llegó acompañada de la puesta en marcha de las guardias de neurología. Ahora siempre hay un neurólogo en el hospital; antes lo había de 8.00 a 15.00 y solo en aquellas tardes en que un neurólogo tuviese que rotar dentro de la guardia general de medicina interna. Así que recibir una mejor o peor atención si se sufría un ictus era una lotería.Desde que existe la unidad se ha tratado a 78 personas con fibrinolisis, de forma que un medicamento ha hecho posible deshacer el trombo que impedía la circulación de la sangre en el cerebro. Fueron ocho el año pasado y ya setenta en lo que va del 2016, con la unidad de ictus rodada. En todo el 2015 se trató a 30 personas, 22 de ellos entre el Xeral y el Meixoeiro. Hacían apenas dos tratamientos al mes. Ahora son siete. Si las cifras se mantienen, en un año se habrán casi triplicado los pacientes beneficiados por el medicamento que disuelve el trombo.No es una cuestión solo de números. El ictus -hoy se celebra el día mundial sobre esa enfermedad- es la primera causa de invalidez en España. Así que, ante un infarto cerebral, la atención rápida tiene mucho que ver con el futuro, porque si se consigue atender a tiempo se evitarán también buena parte de las secuelas.En diez ocasiones se ha retirado el trombo cerebral con un «stent»La unidad de ictus de Vigo nació en octubre del año pasado, pero no se completó hasta julio de este. En ese momento entraron en la dinámica de trabajo los neurorradiólogos. Estos especialistas dan una atención de segundo nivel. Lo ideal es que, ante un ictus, un paciente acuda rápidamente a urgencias, que un neurólogo lo evalúe cuanto antes y que le administre la fibrinolisis. Ese es el tratamiento de primer nivel, que tiene un límite de cuatro horas y media. Hasta hace poco no existía ninguna alternativa cuando se sobrepasaba ese tope. Ahora sí: la trombectomía mecánica, que consiste en introducir un stent por la arteria donde está el trombo para arrastrarlo. Eso es lo que hacen los neurorradiólogos desde el mes de julio. De este modo, aunque no sea la opción ideal, amplían la ventana terapéutica durante dos horas más. En estos cuatro meses han tratado diez casos. Dos de ellos eran de fuera de Vigo, en concreto de Ourense. Esto significa que, gracias a las videoconferencias los pacientes fueron valorados, se transportaron a Vigo en helicóptero y luego se trataron. Esto era algo impensable hasta ahora.Mientras, en Ourense los neurólogos reivindican que se ponga en marcha una unidad de ictus para la provincia, informa Fina Ulloa. Allí tienen entre 150 y 200 casos cada año. La Sociedad Española de Neurología reivindica una cama cada 100.000 personas.Ayer, los neurólogos del Cunqueiro pusieron una mesa informativa en el hospital para hacer pruebas a la población -midieron la tensión e hicieron un análisis de glucemia- y concienciar sobre la importancia del diagnóstico de ictus.