El INSS le había declarado una incapacidad permanente absoluta, el juzgado dice que es una incapacidad permanente parcial.
Nuestro cliente padece un carcinoma de pulmón. El INSS le declaró incapaz para todo tipo de trabajo. Él quería seguir trabajando, se sentía capaz y psicológicamente lo necesitaba para sobrellevar su enfermedad y la terapia.
El oncólogo dio el visto bueno para reincorporarse a su puesto siempre que se adaptará a su enfermedad. El médico de salud laboral lo consideró apto con limitaciones, indicando cómo adaptar el puesto. El jefe de servicio procedió a adaptarlo.
Pero el INSS quiso mandarlo a casa y condenarlo al ostracismo laboral. Al final quien fue condenado es el INSS por el juez, que aceptó nuestros argumentos, reconociendo el derecho a seguir trabajando y además percibiendo una indemnización de 84.000 euros.