Una es prueba diagnóstica y la otra test de cribado, ambas previstas para detectar anomalías cromosómicas.
Con cierta promoción interesada ha salido publicada la noticia de que los hospitales públicos de Ourense y Vigo ofertarán a las embarazadas una prueba que evita la amniocentesis (así reza el titular de la noticia publicada en La Voz de Galicia el pasado día 8 de octubre).
Realmente se trata de un test de ADN fetal que consiste en aislar células fetales de sangre materna. Es un sistema de cribado, no de diagnóstico, con lo cual no puede sustituir a la prueba pues no tiene la misma eficacia, ya que el cribado no es 100% fiable y la amniocentesis si.
Además este test –que no prueba- no se recomienda para todas las gestantes ni evita todas las amniocentesis. De lo que se trata es de suplir un porcentaje, el de aquellas mujeres que presentan un riesgo más bajo de alteración cromosómica dentro de los indicados para amniocentesis.
Si ésta se aconsejaba cuando el riesgo es mayor a 1/270 de acuerdo con el resultado de otro test, llamado triple screening, el ADN fetal se hará para las gestantes cuyo riesgo esté entre 1/270 y 1/100, es decir, cuando existe una posibilidad entre 100, o más, de portar un feto con anomalías.
Lo que se pretende es evitar el riesgo entre el 1 y 2 por cierto de abortos provocados por la amniocentesis. Existen estudios que demuestran que el riesgo de esta prueba es mayor que el riesgo de portar un feto con anomalías, a partir de la eficacia en el cribado de estos nuevos tests.
Pero así como la amniocentesis puede descartar absolutamente las anomalías esos tests no, siempre existirá el riesgo de que el feto nazca con ellas, aun a pesar del resultado que den, porque lo que hacen es dar posibilidades nunca certezas diagnósticas.
Esto es importante porque a partir de los 38 edad a las gestantes se les tiene que aconsejar someterse a la amnicentesis, si bien la última decisión es de ellas, sin que los test de cribado poblacional sean un sustituto sino una simple alternativa.
Si no se oferta la amniocentesis aun haciendo los test, el de triple screening y el de ADN fetal, y el niño finalmente es portador de cualquier anomalía cromosómica, existe una responsabilidad por incumplir los protocolos tanto de la SEGO como del Sistema Nacional de Salud.
La información es fundamental para que la madre decida con libertad, autonomía y pleno convencimiento. Si esa información no se da de forma completa, es decir, señalando los beneficios, riesgos y alternativas, la responsabilidad es obvia como han resuelto los tribunales en múltiples ocasiones.
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