Ha fallecido un maestro a quien debo parte de mis desvelos universitarios y de mis conocimientos en Derecho de Daños.
Conocí a Don Luis en el año 1995 en Santander, en la UIMP, con ocasión de un curso magistral sobre responsabilidad civil, celebrado en las antiguas caballerizas del Palacio de la Magdalena. En un aforo lleno de profesores universitarios y doctorandos allí estaba yo, un joven abogado con querencia por el Derecho de Daños.
Siempre recordaré sus primeras palabras de bienvenida: “Señoras y señores, les recuerdo que este un curso de verano no de veraneo”. Y así resultó, pues con todo el rigor y precisión desentrañó en nueve lecciones magistrales los fundamentos de la responsabilidad civil, sin apenas concesiones veraniegas. Se iba a estudiar, principalmente.
Su “Sistema de Derecho Civil” fue libro de referencia en mis años de licenciatura; su “Derecho de Daños” obra obligada de consulta en mis demandas de responsabilidad civil, y su pequeña monografía “El escándalo del Daño Moral” una lección de prosa jurídica para mis intentos de producir ensayos rigurosos a la par que entretenidos. Descanse en Paz.